En el marco de la Asamblea Ordinaria de socios realizada el pasado 12 de abril, se le solicitó a uno de los dirigentes que proceda como maestro de ceremonia.
Sus palabras introductorias fueron de tal sensibilidad que queremos destacarlas en este rincón.
“Cuando un transatlántico, un buque o una simple y pequeña embarcacion surca el océano, naturalmente va dejando una estela. Estela Marina, le llaman.
Esa estela podría ser contaminada con hidrocarburos u otros elementos nocivos para el medio ambiente y la fauna marina.
Sin embargo, esta estela también puede ser brillante, espumosa y bella, que refleje su misión y que hermosee el entorno. Razones por las cuales, Arturo Prat le puso ese nombre a su hija….
De la misma manera, nosotros, todos los que pisamos este escenario llamado Tierra, vamos dejando una huella en nuestro breve transitar por la vida.
Es por esa razón que debemos hacer un alto en el camino y preguntarnos: ¿Cuál es la huella que vamos dejando en este breve peregrinar por la vida?
O sea, ¿qué estamos dejando a las generaciones que nos sucederán, cuál ha de ser nuestro legado, nuestro aporte?
¿Acaso será una estela contaminada por el odio, rencillas, competencias desleales o revanchismos?
Nuestro Directorio ha hecho un alto en el Camino y se hizo esta reflexión.
Hemos decidido que nuestro pasar por este querido Deportivo Bancario no sea en vano. Deseamos dejar una hermosa estela…o una profunda huella de bien, para las generaciones venideras. Un legado del cual todos nos sintamos orgullosos y felices de pertenecer a esta hermosa y querida familia deportiva. En eso estamos enfocados e invirtiendo nuestras energías, más aún cuando las aguas se han tornado turbulentas y no nos han dejado avanzar con la velocidad deseada, pero felices, porque avanzamos a buen puerto y con el timón firme hacia el norte de nuestros propósitos.
Ahora, dejo con ustedes a don José Oyarzún Molina, Capitán de la embarcacion!”
Rolando Campos Porflitt.
Prosecretario